Pruebas experimentales realizadas en un biodigestor piloto, corroboran la optimización de la eficiencia de producción de biogás, un gas combustible generador de energía renovable.
Un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), a través de la aplicación de nanopartículas de óxidos de hierro, han logrado mejorar la eficiencia de la producción de biogás, derivados del proceso de tratamiento de residuos orgánicos, incrementando la generación de este gas combustible hasta en 100%, una energía renovable en crecimiento de mucha utilidad para la industria y la fabricación de fertilizantes.
El proyecto de investigación, que fue financiado por el Programa Nacional de Investigación Científica y Estudios Avanzados (ProCIENCIA) y el Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (SENCICO); fue desarrollado por un equipo de científicos liderados por la Dra. María Esther Quintana Cáceda, ingeniera química y docente investigadora de la Facultad de Ciencias de la UNI y, como coinvestigadores: el MSc. Clemente Alfredo Luyo Caycho, encargado de la caracterización de las nanopartículas y los tesistas de Ingeniería Química: Karenina Macazana, Rosa Flores y William Gómez, encargados de las pruebas experimentales.
En el Perú, actualmente no hay un tratamiento adecuado de los residuos orgánicos, siendo generalmente llevados a botaderos o rellenos sanitarios, que aumentan los problemas de contaminación y saneamiento. La propuesta optimiza la generación del biogás, realizando de esta forma un tratamiento adecuado de los residuos orgánicos.
La Dra. María Quintana explicó que dicha investigación se ha desarrollado en dos áreas de trabajo: la primera, consiste en el desarrollo de un aditivo basado en nanopartículas de óxido de hierro: y, la segunda, para la aplicación y evaluación de dicho aditivo en la producción de biogás a través de un biodigestor piloto de geomembrana, alimentando a las bacterias encargadas de degradar la materia orgánica, con la cual aumenta de manera sostenida la producción de biogás y, al mismo tiempo, transforma los residuos orgánicos en fertilizantes.
“Con las pruebas experimentales se ha logrado corroborar la optimización de la eficiencia global del proceso de producción de biogás mediante la digestión anaeróbica de residuos orgánicos, encajando dentro del proceso de economía circular al tener un reúso adecuado de los residuos orgánicos. Nuestro siguiente reto consiste en escalar industrialmente esta tecnología innovadora”, enfatizó la docente investigadora de la UNI.
El biodigestor construido consiste en una manga de forma tubular de 1.0 metro cúbico aproximadamente, cerrado herméticamente, fabricado en material de geomembrana de PVC, impermeable al agua y baja permeabilidad a los gases, en la cual se carga con residuos orgánicos. En su interior se produce la descomposición de la materia orgánica para generar biogás, un gas combustible considerado como fuente de energía renovable. El residuo de este proceso, formado por efluentes y lodo, se utiliza como biofertilizante.